miércoles, 20 de febrero de 2013

PLAN DE ESTIMULACIÓN DEL LENGUAJE.



OBJETIVO: ESTIMULAR FUNCIONES NEUROVEGETATIVAS. (PRELINGÜÍSTICA) 


SUCCIÓN: Sorber con pitillo Lamer chupetas 

Tomar líquidos de un vaso Ponerse bravo 

Tirar besos Hacer como un “ pecesito” 


SOPLO: Bombas, pitos, pompas de jabón, papelitos, algodones, 

Apagar velitas a diferentes distancias. 


MASTICACIÓN: Con la boca cerrada , en forma rotativa, 

Morder duro en forma alternada (tonicidad de músculos maceteros) 

Rasgar y triturar de ambos lados con alimentos sólidos (carne, 

pollo, galletas, otros ) 


DEGLUCIÓN: Usar el patrón correcto de deglución: recoger el alimento antes de 

subir la punta y parte media de la lengua para tragar el bolo 

alimenticio sin sacar la misma de la boca. 

Practicar con bebidas, alimentos semisólidos y sólidos. 

Propiciar el uso adecuado del vaso y cucharilla con sello labial (sin 

espacio entre los labios) 



OBJETIVO: ESTABLECER HÁBITOS DE DISCIPLINA Y TRABAJO. 


Aprender a esperar turno 
Establecer contacto visual en diferentes situaciones. 
Estimular el seguimiento de órdenes e instrucciones 
Mantenerse sentado mientras realiza una actividad determinada. 
Compartir juegos y actividades con otros niños. 
Completar o culminar las actividades planteadas. 
Organizar y guardar el material utilizado. 
Evitar desplazamientos innecesarios cuando se está trabajando. 
Favorecer una correcta actitud corporal. 



OBJETIVO: ESTIMULAR E INCREMENTAR LA COMPRENSIÓN DEL LENGUAJE. 


· Comprensión y ejecución de órdenes: 

De acción: párate, siéntate, brinca, salta, da vueltas, dame un beso, otras. 

Con objetos: Busca la pelota, dame el lápiz, otras. 

En secuencia: Busca los zapatos en el baño y Póntelos. 


· Incrementar vocabulario, dar patrón oral, reconocimiento y agrupación por CATEGORÍAS Y SUBCATEGORÍAS (C. SEMÁNTICO): 

Integrantes de la familia juguetes 

Comidas Bebidas Vegetales 

Prendas de vestir Útiles escolares Frutas 

Partes de su cuerpo Lugares Muebles de la casa 

Medios de transporte Partes de la escuela Oficios y profesiones 

Deportes Herramientas de trabajo Partes de la casa 

Animales (salvajes, domésticos, que vuelan, que nadan, insectos, aves, mamíferos, otros) 

Demostrar, dar patrón oral y reconocimiento de 

OPUESTOS: 
Bonito – feo grande-pequeño feliz-triste Alto-bajo 

Bueno-malo dentro- fuera gordo- flaco grueso-delgado 

Limpio- sucio cerca- lejos dulce- salado blanco-negro 

Día - noche bravo- contento alto- bajo arrugado-liso 

Mío- tuyo frío – caliente seco- mojado 

Igual- diferente otros 

ABSURDOS CON IMÁGENES: (carro con alas, vaca con ruedas, avión con zapatos) 

ABSURDOS VERBALES: El sapo vuela, 

ADIVINANZAS: Tiene dos ruedas y sirve para pasear…. 

SEMEJANZAS: En que se parecen un carrito y un camión….. 

DIFERENCIAS: ¿Cuál es la diferencia entre un perro y un gato? 

( Siempre en función del nivel evolutivo del niño…..) 


Reconocimiento y Discriminación Auditiva: 

Con sonidos del ambiente y musicales 

Presentar diferentes sonidos para que el niño los escuche y preste atención. 

Presentar los sonidos por separado para que el niño los reconozca y asocie a su nombre. 

Imitación de los sonidos que reconoce. 

Localizar de donde viene el sonido. 

Discriminar entre varios sonidos. 



OBJETIVO: INREMENTAR PATRONES DE IMITACIÓN. (Gestual, corporal y verbal) 


Gestuales: pararse, sentarse, correr, saltar, aplaudir, agacharse, dar vueltas, dramatización con expresiones corporales y canciones dramatizadas. 

Expresiones Faciales: triste, contento, bravo, reir, llorar, hacer morisquetas, imitar sonidos ambientales. 

Movimientos de órganos articulatorios: (todos los que vimos) 

Verbal: sonidos onomatopéyicos, interjeccones (AY!, ¡Epa!, ¡Yupi!, Ajá……..), patrones vocálicos, consonánticos y sílabas. (Los sonidos que vimos) 


OBJETIVO: ESTIMULAR LA INTERIORIZACIÓN DEL LENGUAJE 


A través del juego simbólico 

A través del dibujo de las expresiones vividas 

Comprensión de preguntas con diferentes encabezados: 


Interpretar situaciones, hechos y acciones…. 


OBJETIVO: ESTIMULAR E INCREMENTAR LA EXPRESIÓN DEL LENGUAJE. 


Estimular la imitación y exteriorización del vocabulario y elementos semánticos trabajados. 

Favorecer la descripción de un solo objeto, varios objetos juntos y lugares. 

Estimular la narración de: una acción inmediata. 

Un suceso inmediato 

Un cuento 

Estimular y propiciar el lenguaje espontáneo con cantos, poesía y la conversación con otros niños y adultos. 

Aprovechar en todo momento las situaciones de la vida cotidiana para hablar con el niño y estimular su participación Ej.: 

El baño diario (agua, shampoo, toalla, bañera, jabón, espuma, partes del cuerpo, “lávate el cabello con el shampoo”, sécate las piernas?” El agua está fría” ) frío caliente. 

Las comidas diarias (alimentos, frutas, bebidas, utensilios de cocina, artefactos eléctricos, verbos como: cocinar, lavar, pelar, revolver, buscar, sacar, batir, freír, fregar, guardar, ordenar, servir, etc. ) y así otras actividades como: 

La limpieza de la habitación, el baño de los perros, la limpieza de la casa, las compras en el mercado…..

Guía para estimular el lenguaje.


RECOMENDACIONES PARA PADRES Y REPRESENTANTES 

Practique todos los días los ejercicios del cuaderno de Lenguaje con su hijo /a. 

Anime a su hijo pequeño que no habla a imitar los sonidos que hacen los animales: perro, gato, vaca, pato, oveja, abeja, caballo, sapo, cochino, pájaro, gallina, gallo, mono, otros.... Esto aparte de divertirlo, lo prepara para emitir la voz y educa su audición. 

Evite hablarle con lenguaje INFANTILIZADO.... 

Realice juegos de soplo: inflar globos, tocar pitos, trompetas, velas a distintas distancias. Soplar con un pitillo en un vaso con agua y contar el tiempo que dura el soplo ( competencia) 

No lo imite cuando hable mal... aunque le parezca gracioso 

 Háblale a su hijo pronunciando claro y mirándolo a la cara. Nunca se le debe ignorar cuando quiera expresar algo, tampoco reforzar la palabra mal articulada. 

Los niños aprenden por imitación. Por ello, cuando hable con su hijo, hágalo despacio, pronunciando correctamente, evitando en lo posible gritar o descalificarlo. 

Evite sobreprotegerlo, permítale descubrir y resolver problemas, para que desarrolle su personalidad por completo. Deje que se relacione con los demás y participe en diferentes actividades. 

Manifieste entusiasmo y alegría cada vez que ponga interés en la actividad que está realizando, aunque no siempre le salga bien. 

Evite responder en lugar del niño cuando alguien le hace preguntas qué él o ella puedan contestar. Cuando le haga preguntas, hágalo de tal forma que deba reponder algo más que “SI” o “NO”... Quieres pera o cambur? .. en lugar de ...”¿Quieres cambur? 

Aproveche cualquier situación en el hogar para que él o ella nombre las cosas por su nombre, como por ejemplo Ordenar la ropa en el closet (que diga cada prenda de vestir), limpiar los muebles de la casa, organizar los implementos de la cocina, preparar una comida ( qué alimentos usa, cómo se prepara), lavar el baño o bañarse (partes del cuerpo). 

Hágale aprender su nombre completo (nombres y apellidos), el de su mamá, de su papá, hermanos, dirección, teléfono. 

Cuando salga con él o ella háblele de las cosas que observan a su alrededor, explíquele situaciones con vocabulario sencillo pero correcto, para qué sirven las cosas, cómo se usan, color, forma, tamaño, etc.. 

Estimule el lenguaje oral tomando cuentos clásicos (como CAPERUCITA ROJA, PINOCHO, otros) cambiándole partes del mismo, para crear uno nuevo. Por ejemplo: “Había una vez una niña llamada..... ¿Cómo podemos llamar a la niña? ¿Qué se te ocurre? ... y continúe así hasta finalizar el cuento. Luego pídale que lo narre. 

Pídale que invente cuentos de su imaginación. 

Anime al niño o a la niña a que hable y tómese el tiempo para escucharlo y hablar con él. 

Permítale que cuente lo que hizo en la escuela, etc... que cuente sus experiencias. 

Escuche sus ideas y responda sus preguntas. 

Pregúntele lo que piensa acerca de sus asuntos, en una forma que él pueda entender. 

No permita en lo posible que se comunique con señas, gestos o gritos, aunque no pronuncie correctamente, pídale que intente decir lo que quiere expresar pero hablando. 

Estimule la comunicación ofreciendo saludos, despedidas y preguntas que establezcan la producción de respuestas, por ejemplo “Hola Cómo estás?... Cómo te llamas tú? ... Cuál sabor de helado te gusta más?-....Por qué?... Chao.. Cuándo te veo? 

Recortar las tiras cómicas que traen los periódicos y darle las escenas para que él / ella las ordene y luego animarlo/a para que narre la historieta. 

Lea temas del agrado del niño o niña y luego hágale una serie de preguntas relacionadas con los mismos...pregúnteles que palabras no entendió e indúzcalo a que busque en el diccionario. De esta manera se enriquece su vocabulario. 

Juegue al VEO-VEO... Escondiendo cosas y luego dándole pistas para que él diga de qué estamos hablando. 

Estimule la conversación a través de imágenes de libros, revistas, prensa.. qué puede ver en esa imagen, a qué se refiere, porqué, para qué, qué sucedió después.... etc.. 

Las muestras de cariño, de amor y de “comprensión” ayudan a un mejor desarrollo del Lenguaje de su hijo o hija. 




El componente semántico en el desarrollo del lenguaje.


COMPONENTE SEMÁNTICO 

Se refiere al camino por el que pasara el niño hasta aprender no sólo el significado de las palabras sino también las reglas para combinarlas dentro de la frase, atendiendo al criterio semántico. 

Basándose en el uso de las primeras palabras y su evolución hasta los 4 años, podemos distinguir 4 etapas. 

- Etapa preléxica.- Comprende aproximadamente de los 10 a 15 meses. Se caracteriza por la emisión de las primeras palabras, a las cuales los padres le dan valor de categoría. Suelen ser expresiones propiamente dichas como papa –pan-awaa. O bien, expresiones que se acompañan de deícticos o expresiones faciales (ma + deíctico = dame el objeto). A la mayoría de estas palabras se les llama prepalabras, porque la mayoría no tienen una estructura de palabra y sirven para compartir más una experiencia que un significado. 

- Etapa de los símbolos léxicos.- Va de los 16 meses a los 24 meses. Hay un aumento del vocabulario y comienzan a dar nombre a las cosas (objetos, personas y acciones) con las que se relaciona. 

Encontramos dos procesos: 

· Sobreextension.- Utiliza una palabra para designar otras con las que comparte algún rasgo semántico. Ejem.- pelota todos los objetos redondos. 

· Sobrerestricción.- Es lo contrario, es usar una palabra para designar una clase de objetos. Ejem.- toche.- sólo su coche. Má.- cuando quiere otro gusanito . 

El papel del adulto y la frecuencia y uso de las palabras son esenciales para aprender las primeras conceptualizaciones y categorizaciones. 

- Etapa semántica.- Se sitúa entre los 19 y 30 meses. O lo que es los mismo, del uso de 50 palabras al dominio de unas 450 -500 palabras al final del periodo, que provocan el surgimiento de enunciados variados. Los términos más utilizados se refieren a objetos, personas o animales con los que tiene experiencia directa. También hay un porcentaje menor referido a acciones y algunas palabras funcionales. 

Se siguen utilizando sobre-extensiones del significado basados en características perceptivas y funcionales. Ejem.- pío-pío todos los pájaros; cuchara a cualquiera de os cubiertos; perro a todo animal de cuatro patas. 

Estas conductas manifiestan cierta capacidad para empezar a categorizar y representar la realidad. 

En relación a la combinación de palabras, ofrece la posibilidad de poder expresar relaciones de posesión, localización, agente acción, acción objetos, desaparición etc. 

El desarrollo de la fase semántica continúa hasta los 5 años, alcanzando un vocabulario entre 1000 y 1500 palabras. Incorporando nuevos elementos gramaticales los cuales le permiten la construcción y uso de nuevas estructuras. Además, con la incorporación de estos nuevos elementos gramaticales, el niño amplia las combinaciones de palabras y expresa mas cosas, de ahí que progresivamente los enunciados sean más explícitos y pueda utilizar palabras que le sirvan para localizar las cosas, situarlas en tiempo y el espacio. 

A partir de este periodo, las oraciones y expresiones de los niños comparten muchas características a las encontradas en el lenguaje adulto. 


EL INCREMENTO DE VOCABULARIO PERDURA A TRAVÉS DE TODA LA VIDA. 

Actividades para estimular el lenguaje.


ACTIVIDADES 

Actividades de discriminación auditiva (Para aprender a diferenciar sonidos) 

- Reconocer ruidos de animales, instrumentos musicales, objetos y materiales domésticos, vehículos, etc. 

- Imitar los ruidos anteriormente citados. 

- Decir palabras que empiecen con un fonema dado.(Con una letra que le digamos) 

- Jugar al veo-veo. 

- Aprender canciones. 

Actividades para el entrenamiento buco-facial 

- Realizar juegos de soplo: Inflar globos, sorber con pajitas, tocar pitos, trompetas, hacer pompas de jabón, apagar velas, soplar papelitos, hacer carreras de soplo con trocitos o bolitas de distinto tipo de papel o globos pequeños, aguantar con un dedo una tira de papel o de lana sobre la frente y alejarla de la boca soplando, soplar molinillos, etc. 

- Comer con la boca cerrada, así le obligamos a respirar con la nariz, entre otras cosas. 

- Que mastique muy bien los alimentos. Así fortalecemos toda la zona buco-facial. 

- Realizar movimientos de mandíbula, lengua, labios y mejillas delante de un espejo para que nos imite mejor. 

Actividades para ampliar su vocabulario 

- Contarle cuentos y responder a preguntas sobre el cuento. 

- Enumeración: Decir por ejemplo cinco cosas que hay en la cocina y decir tres nombres de animales. 

- Resolver adivinanzas. 

- Análisis: Por ejemplo decir tres partes de un coche y decir cinco elementos de una casa. 

- Aprender poesías. 

- Asociación: Por ejemplo, tres cosas que pueda hacer una vaca y tres sitios donde puedas pasear. 

- Jugar a la cadena de palabras: Intentar decir palabras que rimen, (lana, sana, hermana, ventana, murciana… porque terminan con la misma sílaba) o intentar continuar una cadena diciendo una palabra y el siguiente una que empiece por la sílaba con la que termina la anterior (masa, saca, casa, sapo, polo, lobo, bota…) 

Actividades para mejorar su estructuración lingüística: (Para mejorar su forma de expresarse, de crear frases y expresiones) 

- Saludar o despedirse cada vez que entre o salga de algún lugar. 

- Partiendo de una palabra, intentar hacer frases (si es posible, tener imágenes de dibujos con los que inventaremos frases). 

- Que el niño/a nos cuente cuentos, canciones, sus experiencias, etc. 

- Inventar historias (más complejo: podemos tener diferentes dibujos, de los cuales seleccionaremos unos pocos y el niño/a debe inventarse una historia en la que aparezcan los elementos seleccionados). 

- Explicar alguna foto, imagen o ilustración.

Recomendaciones para estimular el lenguaje.

Recomendaciones para lopadres:

1. Controlar el estado del aparato respiratorio del niño para prevenir posibles resfriados, ronqueras, otitis. 

- A partir de los 2 años no se les debe dar chupete o biberón, ya que su uso prolongado produce deformación en la boca, en los dientes y el paladar, pudiendo impedir una buena respiración y pronunciación. 

- A los 4 años ya debe de llevar una alimentación totalmente normalizada. Para ello, a partir del año se le deben ir introduciendo los alimentos sólidos y aquellos que el pediatra nos va indicando según la edad. 

2. Hablarles lenta, claramente, con entonación y gesticulación adecuada, y de forma correcta. 

- Hablarle de frente, con palabras sencillas y haciéndonos que nos mire. Hablarle de todo, pero sobre todo de los asuntos que a él o ella le interese. 

- Ten paciencia si se equivoca o no lo dice correctamente, está aprendiendo. Sigue las orientaciones que aparecen en otro artículo del blog para favorecer la comunicación. 

3. Jugar frente a un espejo realizando diversos ejercicios que favorecen la habilidad motora de los órganos articulatorios, como son los labios y la lengua: 

- Sonreír sin enseñar los dientes. 

- Mandar besitos. 

- Mover los labios hacia la derecha y hacia la izquierda. 

- Apretar y aflojar los labios sin abrir la boca. 

- Morder el labio de arriba con el de abajo y al revés. 

- Sacar la lengua lo máximo posible. 

- Sacar la lengua y llevarla hacia la nariz y luego hacia la barbilla. 

- Mover la lengua de un lado a otro. 

- Tocar con la punta de la lengua los dientes. 

- Recorrer los labios y los dientes con la punta de la lengua. 

- Zumbar los labios, imitando el sonido del avión. 

- Vibrar los labios e intentar vibrar la lengua imitando el sonido de la moto. 

En general, se trata de realizar todos aquellos ejercicios que le ayuden a darle suficiente movilidad, fuerza y control a sus órganos buco faciales y a acercarnos a las posiciones correctas para articular diferentes fonemas, todo como si fuesen juegos. Si pronunciamos palabras y nos fijamos en que posición exacta ponemos la lengua, lo comprobaremos. 

4. Favorecer el enriquecimiento de vocabulario y potenciar la expresión oral: El dominio del lenguaje hablado es necesario para acceder al simbolismo del lenguaje escrito, por ello el aumento de vocabulario, el empleo correcto de los términos o palabras, una adecuada fluidez verbal y la elaboración de frases de forma correcta, son básicos. Para ello, podemos pedirles que nos definan conceptos de objetos concretos, pero que no limiten la definición a su uso. Pongamos un ejemplo para entenderlo mejor: Si les pedimos que nos digan qué es un tenedor, lo incorrecto sería decir que es para comer. Lo correcto sería decir que es un cubierto que usamos en la mesa cuando vamos a comer. 

Otras técnicas para favorecer la expresión oral son: 

- Hacer ejercicios de utilización de opuestos: blanco/negro, frío/caliente… 

- Hacer ejercicios de analogías del tipo: “yo soy un niño, mi hermana es una niña” “Por la mañana sale el sol, por la noche sale la luna”, “con las tijeras recortamos, con el lápiz dibujamos…” 

- Jugar a buscar palabras que empiecen por la misma letra, “coche, caballo, cuchara, cuna, camisa…” 

5. Hay niños/as que tardan en comprender la utilidad de usar algunas palabras fundamentalmente nexos, preposiciones, etc. Por eso, no debemos dejar que no lo usen. Por ejemplo, lo correcto es decir “mi hermana se va a comer un dulce”, no “mi hermana va a comer dulce”. 

6. Leerles cuentos y explicárselos. Luego le preguntaremos: “quien…” “qué hacía…” “donde….”etc. y al final pedirle que haga un relato, que nos lo cuente él/ella todo seguido. 

7. Cuidado con el tono de voz del niño/a. Acostúmbralo a usar un tono de voz con una intensidad normal, evita los gritos, intenta que os habléis cara a cara, pues él o ella hablará según el modelo que se le presente. No debemos permitir que abuse o haga mal uso de su aparato fonador hablando a gritos. Así evitaremos disfonías infantiles (los niños se quedan afónicos/as), que a estas edades suelen aparecer. 


Causas de las dificultades del lenguaje.


Los problemas en el desarrollo del lenguaje pueden tener varias causas que revisaremos a continuación:

Hipoacusia o sordera

Ésta se puede detectar desde muy pequeños ya que el niño con hipoacusia severa prácticamente no balbuceará, si ésta no es severa o profunda se puede detectar en la segunda o tercera fase de desarrollo del lenguaje ya que producirá ruidos como gritos sin sentido alguno cada vez que quiera expresar algo. Si se detecta alguno de estos síntomas es importante acudir lo antes posible con un especialista en audiología para que se le realice una valoración completa y se proceda con los métodos de rehabilitación necesarios.

Alteraciones en la discriminación auditiva

Se presenta cuando existen fallas o alteraciones en el nervio auditivo o en la corteza cerebral que impiden la discriminación de fonemas, el niño empieza a hablar mal, a sustituir sonidos o tiende a mantenerse callado. Si esto sucediera es importante llevar al pequeño a atención especializada con una terapeuta de lenguaje lo antes posible.

Fallas en la comprensión

Los problemas de lenguaje se pueden deber a fallas en la comprensión, ya que el lenguaje implica:

Escuchar un sonido --> evocar una imagen mental --> transformar la imagen mental --> producir un sonido.

Cuando existen fallas de abstracción el niño no puede realizar este proceso, por lo que se limitará a pronunciar o a decir lo que puede tocar en ese momento. Es común en estos niños que las órdenes más simples se les olviden, no recuerden cosas sencillas como el nombre de sus padres y no obedezcan continuamente. Este problema puede ser rehabilitado por un especialista en Comunicación Humana o Terapeuta de Lenguaje, sin embargo, requiere de atención durante un periodo largo.

Fallas en la articulación

Este problema se da cuando el pequeño no puede pronunciar fonemas que deberían de estar ya superados para su edad. Lo que generalmente sucede es que el pequeño acomoda los músculos de la lengua y las mejillas de manera incorrecta y por lo tanto el sonido que produce no coincide con el que quisiera producir. Por lo general estos niños se dan cuenta de que hablan mal y para no pasar malos ratos tratan de no hablar. Estas fallas pueden y deben ser corregidas por un especialista.

Para evitar llegar a este grado es recomendable que desde pequeño el niño haga ejercicios con su boca como soplar y hacer movimientos de lengua alrededor de la cara que le permitan fortalecer los músculos y desarrollar la capacidad de emitir los sonidos normalmente.

Causas emocionales

Existen un sin fin de problemas de lenguaje causados por problemas emocionales del niño, esto se da porque cuando un pequeño está atravesando por momentos difíciles y se eleva la ansiedad, no le permite concentrarse en su lenguaje, por lo que empieza a presentar fallas.

Tartamudez

Aunque éste es un problema de habla, no de lenguaje propiamente dicho, conviene advertir que existe un periodo evolutivo de tartamudez, no todos los niños lo pasan pero sí un gran porcentaje, éste comprende entre los tres y cinco años.

Se recomienda no presionarlos, nunca completarles las frases y ayudarlos a que se relajen y respiren para que puedan hablar pausadamente. Si esta fase se extiende se recomienda acudir con un especialista.

Causa física o funcional

Existe otro grupo de problemas de lenguaje que se encuentran determinados por alteraciones físicas o funcionales del aparato fonoarticulador, en este caso el más indicado para su detección y solución es el pediatra.

Es importante que la rehabilitación se lleve a cabo inmediatamente después de que el problema ha sido detectado, ya que entre más pequeño sea el niño más rápido resolverá su problemática, así mismo, se pueden evitar los problemas que estas situaciones traen consigo, tales como alteraciones emocionales, inseguridad y hasta mutismo (silencio absoluto). Otra ventaja de corregir a tiempo los problemas de lenguaje es que se evitan complicaciones futuras en el momento de la adquisición de la lecto-escritura.

Estimulación insuficiente

El lenguaje se adquiere por imitación y requiere de una incentivación importante por parte de los padres, por lo que no es de extrañar que un niño al cual se le habla lo estrictamente indispensable y no se le invita constantemente a que él también lo haga o no se le presta atención cuando intenta hacerlo y sólo logra ser atendido cuando llora o grita, pierda todo interés en comunicarse verbalmente.

Es común, que un niño físicamente sano presente un retardo en la aparición del lenguaje por alguna de las siguientes causas:
Es un niño muy activo que dedica la mayor parte de su tiempo a la exploración física y se preocupa muy poco por comunicarse verbalmente, seguramente adquirirá el lenguaje de forma repentina hacia el tercer año, cuando su cerebro esté listo y se salte una parte de la exploración verbal característica de los dos años.
Cuando los padres ejercen demasiada presión en el niño para que hable y emita los sonidos que ellos esperan, se puede crear tal nivel de tensión que el niño inhiba sus deseos de experimentar con los sonidos.
Las familias numerosas pueden ser un excelente estímulo para que los niños hablen, pero en algunos casos, demasiados estímulos y estar oyendo siempre a los demás puede reducir las oportunidades de que el niño esté a solas y experimente con sus propios sonidos. Por otro lado, en ocasiones, tener siempre hermanos cerca que le facilitan las cosas y le dan al niño lo que desea, manejándose con el lenguaje de niños, sin darle la oportunidad de que intente expresar qué es lo que quiere, o padres que responden al primer movimiento o balbuceo de su bebé, le inhiben la necesidad de buscar otra forma de comunicarse.
En ocasiones, los niños de familias bilingües tienen confusión con algunos fonemas durante los primeros años, sin embargo, hacia el tercero, normalmente logran ordenar la información y desenvolverse sin problemas en ambos idiomas.

Si detectas algún problema de lenguaje en tu hijo consúltalo con tu pediatra y si no fuera médico el problema, acude con un especialista en comunicación humana para cualquier tipo de problemática.

No lo dejes pasar, recuerda que el lenguaje es una de las bases fundamentales para un óptimo desarrollo.

Tipos de dificultades del lenguaje (escrito).

DIFICULTADES DEL LENGUAJE ESCRITO:

Dentro de las dificultades del lenguaje escrito, el más característico es la dislexia, pero existen otros como disgrafía, disortografía y discalculia .

DISGRAFÍA

El trastorno consiste en una dificultad para la escritura que es irregular, lenta y torpe.
Para que un niño pueda escribir, tiene que ser capaz de apreciar y de reproducir los tamaños, las formas y las direcciones; una adecuada coordinación psicomotora es esencial para la automatización de la ejecución de la escritura. El escolar disgráfico escribe lentamente, con letras informes y desiguales, le cuesta seguir las líneas y toma de manera torpe el lápiz contrayendo exageradamente los dedos, lo que le fatiga en poco tiempo.

DISORTOGRAFÍA

Se refiere a la falta de aptitud significativa para escribir correctamente las palabras de la lengua.
Se puede observar en el disortográfico.
Confusión de sonidos, de orden auditivo o de orden visual.
Desconocimiento de las palabras como "unidades verbales", el niño que empieza a escribir encontrará difícil el separar las palabras ya que en él todavía las imágenes verbales se encuentran ligadas a situaciones vividas y esas imágenes no son palabras sueltas sino conjuntos de palabras. Esto se supera rápidamente y sólo en el disortográfico persistirá de forma anormal.
Desconocimiento de las categorías gramaticales (género, número, tiempo). El conocimiento del género y número se adquiere entre los 7 y los 8 años y el de las palabras homófonas entre los 8 y los 9; el disortográfico adquiere estas nociones con notable dificultad. En el momento de escribir la palabra difícil, el niño vacila, busca, necesita un elemento para decidirse, hallándolo no en el orden verbal que no ha asimilado, sino en una aproximación fortuita o en la evocación sugerida por la palabra.



DISCALCULIA

Designamos con este término los trastornos en el aprendizaje de la aritmética elemental en el curso de la escolaridad primaria, en niños de inteligencia normal. Supone:
· Trastornos de la numeración y de la adquisición del concepto de número. Si el niño no adquiere las nociones de seriación, podrá aprender los números "de memoria" pero carecerán de significado para él.
· Trastornos en el manejo de las operaciones: respecto a la adición no suelen aparecer dificultades hasta que llega el momento de "llevarse cifras" operación que requiere el conocimiento de la significación de una cifra dependiente de su lugar en el número.
· Trastornos de la resolución de problemas: observables aún cuando el niño maneje correctamente las cuatro reglas y debidas a obstáculos en la lectura y comprensión de los enunciados por un retraso del lenguaje.

DISLEXIA

Una primera definición sencilla de la dislexia es la que nos dice que es el problema para aprender a leer que presentan niños cuyo cociente intelectual es normal y no aparecen otros problemas físicos o psicológicos que puedan explicar dichas dificultades.
Es una grave dificultad con la forma escrita del lenguaje, que es independiente de cualquier causa intelectual, cultural y emocional. Se caracteriza porque las adquisiciones del individuo en el ámbito de la lectura, la escritura y el deletreo, están muy por debajo del nivel esperado en función de su inteligencia y de su edad cronológica. Es un problema de índole cognitivo, que afecta a aquellas habilidades lingüísticas asociadas con la modalidad escrita, particularmente el paso de la modalidad escrita, particularmente el paso de la codificación visual a la verbal, la memoria a corto plazo, la percepción de orden y la secuenciación (M. Thomson). Suele suponer:
· Confusión en el vocabulario que tiene que ver con la orientación espacial.
· Alteraciones en la escritura: omisiones de letras o alteraciones del orden de las mismas.
· Tendencia a la escritura descuidada, desordenada, en ocasiones incomprensible.
· Baja comprensión lectora.
· Confusiones de fonemas.
· Torpeza motriz, con poca habilidad para los ejercicios manuales y de grafía.
· Falta de ritmo en la lectura.
· Inversiones de letras en espejo.
· La alteración de la dirección de los óvalos tiende a dar una escritura vacilante e irregular.
· Se producen agrupaciones y separaciones incorrectas, partiendo palabras o uniendo varias palabras en una sola.

Tipos de Dificultades del Lenguaje (oral)

DIFICULTADES DEL LENGUAJE ORAL:

Cualquier alteración laríngea ocasiona trastornos en la emisión de la voz. Muchas veces por excesos o defectos de sus emisiones, la etiología de estos trastornos es múltiple (bronquitis crónica, asma, vegetaciones, accidentes, pólipos, nódulos, inflamaciones, etc.)

   Las alteraciones en la articulación.
Entendemos por articulación “el acto de colocar correctamente los órganos articulatorios en posición adecuada para producir fonemas específicos”. La realización acústica de sonidos la denominamos sonidos.
Denominamos alteraciones de la articulación fonemática a la producción incorrecta de uno o varios sonidos combinados. Alrededor de los 6 años los niños suelen alcanzar su corrección articulatoria, pero antes o después pueden aparecer alteraciones en el punto de articulación.
Las alteraciones son perturbaciones en la producción de las unidades fonéticas que componen el habla.

Las dislalias: tipos y causas.
Son anomalías del habla mas frecuente en la edad escolar, sobre todo en los alumnos de Ed. Infantil y los del primer ciclo de Primaria.
Se trata de alteraciones en la articulación de los fonemas, coaccionadas por una dificultad para pronunciar de forman correcta determinados fonemas o grupos de fonemas de la lengua.
Este trastorno puede afectar a cualquier vocal o consonante, aunque la mayor incidencia del problema puede observarse en ciertos sonidos que requieren de una mayor habilidad en su producción por exigir movimientos más precisos.
Según le fonema afectado, las dislalias reciben denominaciones diferentes. De esta forma, la articulación defectuosa del fonema /r/ recibe el nombre de rotacismo; la del fonema /d/ deltacismo; la del fonema /s /: sigmatismo.
Vamos a diferenciar cuatro tipos de dislalia, atendiendo a su etiología:

a)                 Dislalia evolutiva o fisiológica
Existe una fase en el desarrollo del lenguaje en la que el niño no articula o distorsiona algunos fonemas de su lengua como consecuencia de un inadecuado desarrollo del aparto fonoarticulador: estos errores reciben nombre de dislalias evolutivas. Normalmente desaparecen con el tiempo.

b)                 Dislalia audiógena
Los niños que no oyen bien tenderán a cometer errores en su pronunciación, produciéndose un articulatorio denominado dislalia audiógena.
Las conductas de atención y escucha son necesarias para una buena discriminación auditiva.

c)                 Dislalia orgánica o disglosia
Las alteraciones de la articulación fonemática producidas por lesiones o malformaciones de los órganos periféricos del habla se denominan desglosas o dislalias orgánicas.

d)                 Dislalia funcional
Consiste en una alteración fonemática producida por una mala utilización sin que pueda advertirse causa orgánica alguna.
Son diversas las causas que pueden generar disglosias. En todas ellas se constatan lesiones o malformaciones de los órganos que interviene en al articulación del lenguaje. Según el órgano afectado podemos hablar de los siguientes tipos: labiales, linguales, mandibulares, dentales, palatales y velares.



Las disartrias: tipos y causas.
La disartria es una alteración de la articulación propia de lesiones en el sistema nervioso central, así como de enfermedades de los nervios o de los músculos de la lengua, faringe y laringe, responsables del habla.
La anartria seria el caso mas extremo y grave de la disartria. Los sujetos están imposibilitados para articular correctamente los fonemas de las plagares, por una insuficiencia neuromuscular.
En función de las lesiones producidas en el SNC podemos diferenciar distintos tipos de disartrias:

  • ·         Disartria flácida: localizada en al neurona motriz inferior.

  • ·         Disartria espástica: localizada en al neurona motriz superior.

  • ·         Disartria atáxica: localizada en el cerebelo

  • ·         Disartria hipocinética: localizada en el sistema extrapiramidal

Las alteraciones en la fluidez verbal: la disfemia o tartamudez.
Es una alteración del ritmo del habla y de la comunicación caracterizada por una serie de repeticiones o bloqueos espasmódicos durante la emisión del discurso.
La sintomalogía de este trastorno es muy abundante, por lo que difícilmente pueden determinarse dos tartamudos casi extremadamente iguales.
Los principales factores desencadenantes de la tartamudez son lo siguientes:

  • ·         Herencia

  • ·         Zurdería

  • ·         Trastornos lingüísticos

  • ·         Trastornos psicológicos: influencia de variables exógenas.

Las alteraciones del lenguaje.
La patología del lenguaje diferencia con claridad los trastornos afásicos propiamente dichos de los trastornos articulatorios debidos a lesiones del aparato bulbar eferente, a lesiones el aparato articulatorio o a defectos auditivos periféricos.
Son muchos los autores que engloban estas perturbaciones bajo la denominación de trastornos “específicos” del desarrollo del lenguaje.
Los diferentes grados de afectación del lenguaje los analizaremos, por razones didácticas, en un continuo (retardo simple del lenguaje- disfasia- afasia) donde las denominaciones ofrecidas han de entenderse con un carácter mas orientador que definitorio.

Retardo simple del lenguaje (RSL) y causas.
Aquí se englobarían aquellos sujetos que, sin una causa patológica evidente, manifiestan un lenguaje cuya comprensión y expresión verbal es inferior a la de otros sujetos de su misma edad cronológica.
Las características que presentan estos niños serian:

  • ·         A nivel fonológico, estos niños presentan una tendencia a la reducción del sistema fonológico.

  • ·         A nivel morfosintáctico, podría hablarse de un nivel de normalidad evidente en su s emisiones.

  • ·         A nivel semántico, su comprensión parece normal, aunque es ligeramente mas escasa que en los niños de su edad.

En el ámbito pragmático, el lenguaje es útil y funcional no observándose distorsiones ni dificultades especiales.
Las causas que pueden originar dicho trastorno son:

  • ·         variables del entorno familiar

  • ·         variables socioculturales

  • ·         nivel sociocultural bajo

  • ·         factores hereditarios

  • ·         etc.


Retardo moderado del lenguaje (disfasias) : sintomatología.
Según Launay se trata de un trastorno global de la expresión, conclusiones automáticas, vocabulario pobre, palabras simples y frases cortas. En el nivel morfosintáctico hay dificultades evidentes. El uso de los plurales esta omitido, así como el de los nexos.
En el nivel semántico se observa un vocabulario reducido e impreciso que dificulta las funciones pragmáticas del lenguaje.

Retardo grave del leguaje (afasia): causas y tipos.
Suele diferenciarse en:

1.       Afasia congénita: referida a la no aparición del lenguaje en niños que, a priori, no presentan otros síndromes. Se distinguen tres tipos de lesiones:

·         prenatales (malformaciones craneales, anomalías cromosomicas, cretinismo...)

·         perinatales (anoxia)

·         postnatales (traumatismo, encefalitis...)

2.       Afasia adquirida o infantil: es aquella que tiene lugar una vez que el lenguaje ya ha sido adquirido total o parcialmente.
Independientemente de esta clasificación inicial recogemos la clasificación más tradicional, teniendo en cuenta las áreas del lenguaje mas afectado:

a)                 Afasia sensorial o receptiva: la lesión se localiza en la zona de Wernicke. Los sujetos que la padecen no comprenden el significado de las palabras aunque pueden hablar sin dificultad.

b)                 Afasia motora o expresiva: la lesión se sitúa en la zona de Broca. En este caso, el sujeto comprende el significado de las palabras pero no puede expresarse.

c)                 Afasia mixta: se trata de una lesión más amplia que afecta tanto a las áreas motoras como receptivas del lenguaje.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Etapas del desarrollo del lenguaje.

   Tomando en cuenta los aportes de diferentes investigadores como Lenneberg, 1967; Brown y Frazer, 1964; Bateson, 1975; Stampe e Ingram, 1976; Einsenson, 1979; Bruner, 1976 y muchos otros, aquí dividimos el desarrollo del lenguaje en dos etapas principales:
Etapa Prelingüística
Etapa Lingüística
  Cada una de estas etapas va marcando el surgimiento de nuevas propiedades y cualidades fonéticas, sintácticas y semánticas a medida que el niño crece, tal como describiremos a continuación.

1. Etapa pre-lingüística
  Denominada también como la etapa preverbal, comprende los primeros 10 a 12 meses de edad. Se caracteriza por la expresión buco-fonatoria que de por sí apenas tiene un valor comunicativo. Otros la consideran como la etapa del nivel fónico puro, debido a que el infante emite sólo sonidos onomatopéyicos.
Durante esta etapa, que abarca el primer año de vida, la comunicación que establece el niño con su medio (familia), especial y particularmente con su madre, es de tipo afectivo y gestual. De allí que para estimularlo lingüísticamente la madre deba utilizar, junto con el lenguaje afectivo y gestual, el lenguaje verbal. La palabra debe acompañar siempre al gesto y a las actividades de la madre con su hijo.
Esta etapa preverbal hasta hace poco despertaba escaso interés de los especialistas, pero gracias a las investigaciones actuales, hoy sabemos que tiene un valor relevante y trascendental en la configuración de las bases del desarrollo lingüístico, puesto que tanto las expresiones vocales (sonidos o grupo de sonidos de simple significación) como las expresiones verbales (sonidos, grupo de sonidos, palabras aisladas, etc.) influyen de modo determinante en el desarrollo posterior de la comunicación lingüística del niño.
Esta etapa comprende, a su vez, subetapas o estadios con características particulares que van de acuerdo con la secuencia cronológica del desarrollo integral del niño, las que pasamos describir:

a) Del nacimiento al mes y dos meses de edad
Desde que nace hasta más o menos, el final, del primer mes, la única expresión que se oye del bebé es el llanto, que es la primera manifestación sonora puramente mecánica o refleja y, como tal, indiferenciada en cuanto al tono, sea cual fuere la razón de su estado.
Con el llanto, el bebé pone en funcionamiento el aparato fonador, permitiéndole también la necesaria oxigenación de la sangre y el establecimiento de la respiración normal.
Pasando este período, por lo general al inicio del segundo mes, el llanto ya no es un fenómeno o manifestación mecánica e indiferenciada, sino que el tono del sonido cambia con el contenido afectivo del dolor, el hambre u otra molestia; es decir, la variación de la tonalidad está relacionada con el estado de bienestar o malestar del bebé. Con, el llanto el bebé logra comunicar sus necesidades al mundo que le rodea y, como se da cuenta de que gracias al llanto sus necesidades son satisfechas, lo usará voluntariamente, ya no siendo entonces un mero reflejo o sonido indiferenciado.
De esa manera el bebé va comunicándose con su entorno próximo, especialmente con su madre, comprendiendo cada vez mejor lo que ésta le comunica, aunque sea incapaz de expresarlo.

b) De tres a cuatro meses de edad
  Al inicio del tercer mes el bebé produce vagidos, sonidos guturales y vocálicos que duran de 15 a 20 segundos. Responde a sonidos humanos mediante la sonrisa y, a veces, con arrullo o murmullo. Aquí la forma característica del grito del bebé puede ser una llamada expresiva relacionada con alguna necesidad, tal como el grito de incomodidad.
A esta edad ya distingue entre los sonidos: /pa/, /ma/, /ba/, /ga/. Sus vocalizaciones ya pueden mostrar alegría; sus manifestaciones de placer las expresa mediante consonantes guturales "ga.ga", "gu.gu", "ja.ja", mientras que su displacer mediante consonantes nasalizadas como "nga", "nga".
El bebé sabe distinguir, también, las entonaciones afectivas, reaccionando con alegría, sorpresa o temor ante el tono de voz, especialmente de sus padres.
A los tres meses aparece el balbuceo o lalación, que consiste en la emisión de sonidos mediante redoblamiento de sílabas como "ma...ma", "ta...ta" y otras.
El interés del niño por las personas, así como su comunicación, que estaba limitada únicamente a lo afectivo durante el 2do. y 3er. mes de vida, comienza a ampliarse hacia los objetos entre el 3er. y 4to. mes.
Piaget considera que al iniciar el 4to. mes, el niño supera la etapa denominada de las reacciones circulares primarias, que son características de los tres primeros meses de vida, en las que el objeto de sus actividades estaba centrado y dirigido hacia su propio cuerpo, pasando a la siguiente etapa de las reacciones circulares secundarias, en las que el objeto de sus actividades ya no es su propio cuerpo sino algo externo a él (sonajero o cualquier otro juguete). Paralelamente con esto el niño va tomando conciencia de que sus fonaciones, gorgogeos, manoteos y ruidos guturales diversos producen efectos en su rededor y aprende a comunicar algo a alguien.
De esa forma el niño va progresando y aumentando sus vocalizaciones, las mismas que ya son cercanas a la palabra y, como tal, van cargadas de intención comunicativa con la madre. Estos variados sonidos vocales y fonaciones próximas a la palabra que el niño dirige a la madre, deben ser atendidos, entendidos, interpretados y contestados por ella de manera reiterativa, estimulando y propiciando así su desarrollo lingüístico.
Esto implica que la madre tiene en sus manos la posibilidad de incrementar a su "gusto" el nivel de comunicación verbal y afectiva con su niño, favoreciendo el desarrollo de su inteligencia, de su lenguaje, de sus posibilidades de interacción social y la capacidad de expresión de sus deseos y sentimientos propios. En esto el "toma y daca" en la comunicación gestual, afectiva y verbal de la madre con su niño reviste una importancia absolutamente decisiva en el desarrollo de todas sus potencialidades.

c) De cinco a seis meses de edad
  El balbuceo o primer intento de comunicación que apareció alrededor de los tres meses de edad, se extiende hasta el octavo o noveno mes, progresando en el quinto y sexto mes hacia aquello que se denomina "imitación de sonidos". Esto comienza en forma de autoimitaciones de los sonidos que el mismo niño produce (reacción circular). Más tarde empieza a repetir sonidos que el adulto u otro niño produce.
En esta edad se dan estructuras de entonación claramente discernibles en ciertas vocalizaciones en las que pone énfasis y emoción. Las primeras emisiones vocálicas son realizaciones fonéticas que aparecen en el siguiente orden:
/a/ y variantes próximas al fonema /e/, aunque antes suelen emitir sonidos similares a /oe/
Posteriormente aparece la /o/ y
Finalmente la /i/, /u/.
Los sonidos de las consonantes aparecen posteriormente en el orden siguiente:
Labiales :          p    (pa-pa)
                         m    (ma-ma)
                         b    (ba-ba)
Dentales :        d    (da-da)
                                        t     (ta-ta)
Velopalatales : g     (ga-ga)

                        j     (ja-ja)
Al respecto Jakobson (1974) sostiene que la adquisición de los fonemas van desde los más contrastados, que son los que se encuentran en todas las lenguas (universales fonológicos –oposición consonante-vocal–), a fonemas menos contrastados, propios de cada lengua en particular. Así, la /a/ es la primera vocal que se adquiere y la /i/, /u/ son las últimas. Las primeras consonantes que aparecen son la /p/, la /m/ y la /b/, y las últimas que se adquieren suelen ser las laterales /l/ y las vibrantes /r/.
De esta manera el niño al sexto mes suele emitir los primeros elementos vocálicos y consonánticos, siendo un progreso importante con respecto a los gritos y distintos sonidos laríngeos de los primeros meses de vida. Posteriormente, a medida que el niño progresa, poco a poco irá sustituyendo la comunicación gestual por el lenguaje verbal.
Aquí conviene enfatizar la máxima importancia que tiene el lenguaje materno dirigido al niño durante la mitad del primer año de vida, en el que no solamente conviene aumentar las vocalizaciones, gestos, sonrisas y demás expresiones en el seno del hogar, sino que además la comunicación verbal debe ser algo habitual entre los adultos y el niño.

d) De los siete a los ocho meses de edad
Hasta los 6 ó 7 meses el niño se encuentra como "polarizado", vigilante y pendiente del adulto. Pero, el mismo niño que inició el contacto con el adulto mediante señales de llamada (gestos), cambia notablemente a partir de los 7 u 8 meses debido al desarrollo de sus habilidades motoras y posturales, "abandonando" un poco al adulto, iniciando su autoafirmación, basado en los logros que obtiene con su nueva capacidad exploratoria, tanto en su propio cuerpo como en los elementos próximos a su entorno.
En estos meses, según Bateson (1975), los intercambios vocales que se dan entre la madre y el niño tienen un carácter de "protoconversación". Esto es de gran importancia, dado que permite afirmar y mantener el contacto social entre dichos interlocutores y que, aunque no son intercambios con contenidos significativos, la estructura del tiempo de los intercambios vocales y su función, basada en los principios de sucesión y reciprocidad, parecen ser ya los de una "verdadera conversación".
Bruner (1979) señala que entre los 7 y 10 meses el niño va pasando progresivamente de la "modalidad de demanda" a la modalidad de intercambio y reciprocidad en las interacciones madre-niño. El dar y el recibir objetos pronunciando el nombre de cada uno, mientras se miran a la cara madre e hijo y miran conjuntamente el objeto, logra multiplicar y enriquecer la aptitud lingüística y comunicativa del niño, constituyendo esta "conversación" un buen ejercicio de entrenamiento para el habla, así como para su socialización naciente.
En esta edad el niño realiza múltiples vocalizaciones espontáneas, tanto vocálicas como consonánticas y hasta sílabas y diptongos. Estas vocalizaciones próximas a la palabra, son las que conducirán pronto al niño a emitir sus primeras palabras. Aquí las vocalizaciones alternantes entre la madre y niño, permitirán el acceso temprano al lenguaje.

e) De los nueve a los diez meses de edad
En esta subetapa puede que el niño empiece realmente a decir palabras cortas, pero normalmente esto no es más que la repetición de lo que dicen los demás, pues es todavía imitación. Aquí las respuestas del niño son ajustes diferenciales entre la muestra y la expresión de los interlocutores que entran en relación con él, mostrando de una manera patente la comprensión de algunas palabras y/o expresiones aisladas.
En esta edad el niño manifiesta comportamientos claramente intencionados y, por tanto, inteligentes. La incorporación de los músculos accesorios del habla y de la masticación aumenta la destreza de la lengua y de los labios, favoreciendo la vocalización articulada.
El niño muestra especial interés por imitar gestos y sonidos y por comunicarse, lo cual le induce a aprender rápidamente el lenguaje. Esto hace que se entregue a repeticiones espontáneas que suelen ser reforzadas por los padres, quienes también imitan y repiten varias veces con él.
Estos hechos hacen que sus vocalizaciones sean mucho más variadas, contando en su repertorio con tres a cinco palabras articuladas. Pero, dado que el pequeño no dispone todavía de la aptitud necesaria para la expresión oral, se ve obligado a simplificar el lenguaje adulto. Así por ejemplo, la expresión "pa...a" del niño, señalando con su mano la panera, corresponde a la frase: "Dame pan, mamá", la misma que irá superando progresivamente.
Por otro lado, cabe señalar que la simbiosis afectiva madre-niño que se daba en forma dominante durante los primeros ocho meses de vida, va disminuyendo gradualmente a partir de los nueve meses, permitiendo al niño "ser" y conocerse como "uno entre otros". En esta edad es cuando comienza entonces la conquista de sí mismo, de su "Yo", viéndose el niño en la necesidad de aprender más rápidamente el lenguaje.

f) De los once a doce meses de edad
El niño de 11 meses cuenta en su repertorio lingüístico con más de cinco palabras. En esta edad el niño emplea idénticas palabras que el adulto, pero no les atribuye el mismo significado. Sin embargo, a medida que va progresando en este proceso, los significados que va atribuyendo a las palabras se van aproximando a los significados atribuidos por el adulto.
Estas simplificaciones del lenguaje adulto que se observan en esta edad, según Stampe e Ingram (1976), se deben atribuir al intento de reproducir las palabras del adulto y no a la imperfección de las percepciones auditivas del niño. Tales simplificaciones pueden consistir en:
Síntesis de un segmento o trozo del habla adulta: "caca" para decir: "mamá, dame bacín".
Sustitución: dice "topa" en vez de decir "sopa".
Sustituye la fricativa /s/ por la oclusiva /t/, que es más fácil de articular.
Supresión: dice ".opa" en vez de "sopa".
De esta forma el niño se ve obligado a simplificar el lenguaje adulto, sin que esto signifique que no comprenda, sino que su capacidad expresiva es todavía bien limitada. Empero, según algunos especialistas, a los 11 ó 12 meses el niño suele articular ya sus primeras "palabras" de dos sílabas directas: "mamá", "papá", "caca", "tata", dando inicio a la siguiente etapa denominada lingüística o verbal, sustituyendo progresivamente el lenguaje gestual y "superando" la simplificación del lenguaje adulto a medida que va incrementando su léxico.
Con respecto a la aparición de la "primera palabra", cabe aclarar que esto depende del momento en que los padres lo identifiquen como tal y de lo que entienden por "palabra", ya que las unidades de significación que el niño emplea se corresponden con segmentos del habla adulta.
El niño de esta edad (un año) suele ocupar el centro de la atención de la familia, cuyas acciones, gracias y ocurrencias suelen ser festejadas y aplaudidas, reforzando la conducta, que tenderá a repetir una y otra vez. Esto es bueno porque ayuda al niño a sentir y vivir su propia identidad. Además, el intercambio gestual mímico y verbal de sus comunicaciones con el adulto, acompañado de la conducta de "dar y tomar", permite el desarrollo mayor del lenguaje.

2. Etapa lingüística
Este período se inicia con la expresión de la primera palabra, a la que se le otorga una legítima importancia como el primer anuncio del lenguaje cargado de un propósito de comunicación.
Sin embargo, no se puede decir con precisión cuándo comienza, cuándo este anuncio del lenguaje se precisa y confirma, cuándo se puede hablar de la "primera palabra". Por eso la fecha de su aparición está diversamente fijada, ya que los estudios al respecto se basan mayormente en las informaciones que dan las madres.
Hay que señalar, además, que las niñas son las que empiezan a hablar un poco antes que los niños. Por otro lado, aparte del sexo, tomando como referencia las peculiaridades individuales, un niño puede demorarse más que otros en una etapa y pasar rápidamente por otra, condicionando la aparición de la primera palabra en los niños en cronologías distintas.
No obstante, los diferentes especialistas estiman que la mayoría de los niños que van a hablar, tal vez el 90 por ciento de ellos, dicen sus primeras palabras para cuando tienen 15 a 18 meses, aunque esta afirmación no es exacta o concluyente por las razones antes expuestas.
De allí que la etapa lingüística se considera en forma un tanto amplia, desde aproximadamente el 12do. mes (un año de edad), pasando el niño de las variadísimas emisiones fónicas del período prelingüístico a la adquisición de fonemas propiamente dichos en el plano fonológico (articulaciones fonemáticas), perfeccionándose también el aspecto semántico y sintáctico de las palabras a medida que el niño crece.
Dentro del período lingüístico se consideran las siguientes subetapas:

a) De los doce a los catorce meses de edad
Durante el primer año de vida el niño ha ido estableciendo toda una red de comunicación gestual, vocal y verbal con la familia. Las primeras expresiones vocales eran simples sonidos con una significación únicamente expresiva. Las expresiones verbales, sin embargo, son sonidos o grupos de sonidos que ya hacen referencia a algunas entidades del medio (objetos, personas, situaciones, acontecimientos, etc.). Empero, esta secuencia de sonidos no forman todavía parte de la lengua; pues, tanto las expresiones vocales como las verbales son formas de expresión prelingüística.
A partir de los 12 meses (un año), incluso desde los 11 meses, el niño comienza a producir secuencias de sonidos bastante próximos a los elementos lexicales de la lengua adulta, o sea las palabras. Estas formas verbales próximas a la palabra, van precedidas de producciones fónicas estables que contienen elementos de significación, constituyendo estas emisiones un anticipo de la capacidad del niño para utilizar un significante que comunique un significado.
De esta forma el niño comienza con el desarrollo lexical, contando en su repertorio lingüístico 3 a 5 palabras (mamá, papá, tata, caca, etc.). Empieza también a utilizar las formas fonéticamente convencionales de la comunidad lingüística; sin embargo, aunque el niño de un año emplea idénticas palabras que el adulto, todavía no le atribuye el mismo significado a las cosas, debido precisamente a su escaso repertorio lexical.
Entre los 13 y 14 meses, el niño inicia la conocida etapa "holofrástica" (palabra-frase), en la que emite frases de una sola palabra o elementos con varios significados. Por ejemplo, la palabra "abe" (abrir) lo utiliza para expresar diferentes acciones:
Abre : Abre la puerta
Abre : Pela la naranja
Abre : Pon a un lado las cosas para ...
Por esta época, los primeros pasos de comunicación verbal del niño se caracterizan por un incremento en la "denominación", pues, ya sabe utilizar el nombre de las personas de la familia y otros próximos a él, y cuando comienza su "conversación" emplea palabras que sirven de reclamo o llamada: "¡mía, mía!" (mira, mira), etc.
A esta edad, la indicación o señalización que apareció a los 10 meses ya va acompañada de la palabra que se refiere al objeto. El niño dice palabras que designan bien el objeto de la acción, la acción misma o la persona que ha de realizarla, aunque todo esto lo hace apoyándose todavía en los gestos.
El niño comienza a comprender también los calificativos que emplea el adulto (bueno, malo, agradable o desagradable). Igualmente comprende la negación y la oposición del adulto, e incluso la interrogación como actitud.
De este modo el niño desde los 12 meses de edad inicia un largo y complejo proceso de desarrollo y, poco a poco, los significados que atribuye a las palabras se van aproximando a los significados atribuidos por el adulto. Pero, para que esto ocurra de una manera óptima, es importante que los padres estimulen léxicamente al niño, tratando de asociar siempre en las "conversaciones" el significado fónico (palabra hablada) con el significado (objeto al que hace referencia la palabra), para que el niño asocie y fije la relación en su cerebro.
En este proceso, es conveniente que los adultos utilicen sustantivos, adjetivos y acciones que forman parte de la vida diaria del niño. Esto, sin duda, contribuye de manera directa y eficaz al desarrollo del lenguaje, de la inteligencia y demás áreas con las que este aprendizaje se relaciona.

b) De los quince a los dieciocho meses de edad
A los 15 ó 16 meses el niño se encuentra en plena etapa holofrástica (palabra-frase). Dentro de su repertorio léxico cuenta con 5 a 15 ó 20 palabras, y cada vez demostrará mayor incremento en su vocabulario por medio de las inflexiones de su voz al querer identificar algo.
Einsenson sostiene que en esta etapa surge el habla verdadera y señala que el niño utiliza palabras para producir acontecimientos o llamar la atención de los demás.
En algunos niños bastante adelantados, suele observarse el empleo de algunas frases con dos palabras, principalmente de objetos o acciones, sin descartarse en ciertos casos, también, el uso de adjetivos (calificadores). Sin embargo, antes de ser capaz de hacer combinaciones de dos palabras, frecuentemente seguirá empleando una sola palabra para referirse a muchos objetos.
Esta extensión semántica en las vocalizaciones infantiles le seguirá acompañando por largo tiempo. Pero a medida que vaya incrementando su léxico y evolucionando su habla, irá reduciendo progresivamente tal extensión semántica.
Desde los 16 ó 17 meses hasta los dos años de edad, hará cada vez más frecuentemente el uso de combinaciones espontáneas de varias palabras y frases, incrementando el caudal de palabras en su expresión.
A los 17 meses el niño extiende cada vez más su repertorio lingüístico y comienza a hacer combinaciones de dos palabras. En esta edad, la identificación y denominación de objetos, figuras y diferentes partes del propio cuerpo, son ejercicios muy recomendables para el desarrollo del lenguaje verbal del niño.

c) De los dieciocho a veinticuatro meses de edad
Entre los 18 y 24 meses, la mayoría de los niños cuentan con un vocabulario mayor a 50 palabras, pasando a combinar 2 a 3 palabras en una frase, dándose inicio al habla "sintáctica"; es decir, el niño comienza a articular palabras en frases y oraciones simples.
En sus expresiones verbales utilizan sustantivos (nombres), verbos (acciones) y calificadores (adjetivos y adverbios).
Entre estas clases gramaticales suelen establecer las siguientes relaciones:
Entre dos nombres (o sustantivos):
"Zapato papá" (poseedor y objeto poseído)
"Sopa silla" (relación fortuita)
Entre nombre y verbo:
"Abre puerta" (verbo y objeto)
"Papá come" (sujeto y verbo)
Entre calificadores y adjetivos:
"Bonita pelota" (calificador más nombre)
"Más juego" (calificador más verbo)
"Más bonita" (calificador más calificador)
Hacia los dos años el niño posee un vocabulario aproximado de 300 palabras. En sus expresiones suele observarse, también, el inicio de la utilización de los pronombres personales "Yo" y "Tú" y el posesivo "Mi" y "Mío". Sus frases expresan intención y acción: "hace lo que dice y dice lo que hace".
En esta edad surge la función simbólica en el niño y termina el predominio de la inteligencia sensoriomotriz dando lugar a la inteligencia representacional. Con la función simbólica el niño tiene la capacidad de representar mentalmente las cosas y evocarlas sin necesidad de que éstas estén presentes.
Con la capacidad simbólica, los gestos y las expresiones verbales del niño comienzan a referirse cada vez con mayor frecuencia a realidades más abstractas, haciéndose más dominante en el lenguaje.
Los símbolos (significantes) vienen a desempeñar un papel singular en el desarrollo posterior del niño, ya que éstos son los que van a permitir construir los códigos sobre los cuales se configuran las bases de las funciones superiores. Mediante estos códigos es que accedemos a las emociones, a las realidades abstractas, al lenguaje y a convertir lo implícito en explícito.
Esta capacidad simbólica permite al niño explorar e incrementar su lenguaje verbal, manifestando interés por escuchar cuentos sobre sí mismo o sobre su familia, en los cuales va captando el sentido de las palabras y oraciones de las narraciones que los padres le brindan.

d) De los dos a los tres años de edad
A los tres años se produce un incremento rápido del vocabulario, incremento que es mucho mayor que lo que ocurrirá posteriormente, llegando a tener un promedio de 896 palabras y a los tres años y medio 1222 palabras (Smith, 1980). El niño en sus expresiones verbales ya emplea verbos auxiliares "haber" y "ser" y da cierta prevalencia al artículo determinado. En el curso de esta edad comienza a utilizar las proposiciones y el niño ya tiene un lenguaje comprensible, incluso para personas ajenas a la familia, manifestando un dominio de la mayor parte de la gramática de su lengua materna (sintaxis), por lo que los especialistas suelen denominarlo como el período de la "competencia sintáctica".

e) De cuatro a los cinco años de edad
A los cuatro años de edad el niño domina virtualmente la gramática, pero comienza a expresarse de acuerdo a un estilo "retórico propio", tal como Einsenson señala.
El niño empieza a utilizar los pronombre en el siguiente orden: Yo, Tú, Él, Ella, Nosotros-as, Ustedes; contando con un vocabulario de 1,500 palabras y a los cinco años, 2,300 palabras aproximadamente.
Entre los 4 ó 5 años, el niño suele estar ya capacitado para responder a preguntas de comprensión referentes al comportamiento social aprendido, dado que su lenguaje ya se extiende más allá de lo inmediato. Esto se debe a la capacidad simbólica del niño y, como tal, puede evocar y representarse mentalmente las cosas, acciones y situaciones, trascendiendo la realidad y el presente.
Esa capacidad y la necesidad de comunicarse, hacen posible un mayor y rápido desarrollo del lenguaje infantil, facilitando también el desarrollo de la inteligencia.

f) De los seis a los siete años de edad
A esta edad se inicia la etapa escolar, en la cual el niño manifiesta una madurez neuropsicológica para el aprendizaje y un lenguaje cada vez más abstracto.
Debido al "dominio" del lenguaje el niño puede percibir distintas unidades lingüísticas dentro de una lectura o discurso, percibiéndolo como un todo.
El niño supera también el período egocéntrico y su pensamiento se torna lógico-concreto. Ahora es capaz de tomar en cuenta los comentarios y críticas de los demás con respecto a su persona, lo cual no ocurría en edades anteriores. Esta capacidad de descentración hace que el niño tome conciencia de sí mismo, asumiendo un autoconcepto y una autoimagen adecuada o inadecuada, lo que influirá en su adaptación y desarrollo de personalidad.